Aquí podrá visualizar las últimas noticias relacionadas con el sector funerario
Cuando Rachel Hawthorn reflexiona sobre el final de su vida, lo hace con el mismo cuidado que pone en sus elecciones cotidianas. Como artista y defensora de la sostenibilidad, ha decidido hacer algo radical: crear su propio sudario funerario para asegurarse de que su último acto en este planeta sea lo más amable posible con el medio ambiente.
'En mi vida, siempre me esfuerzo por reciclar y vivir de forma consciente. No quiero que mi muerte sea diferente,' dice Rachel desde su hogar en Hebden Bridge, en West Yorkshire. Su sudario, hecho a mano con lana, sauce, zarza e hiedra local, no solo es una alternativa biodegradable a los ataúdes tradicionales, sino también una declaración de amor por la naturaleza.
La elección de Rachel tiene un trasfondo significativo. Según un informe de la consultora Planet Mark, las cremaciones generan tanto dióxido de carbono como un vuelo de ida y vuelta entre Londres y París. Y aunque los entierros tradicionales pueden parecer más sostenibles, los ataúdes no biodegradables y los químicos como el formaldehído que se usa en el embalsamamiento también tienen consecuencias ambientales negativas.
En contraste, los entierros naturales, donde los cuerpos se colocan en sudarios o ataúdes biodegradables en tumbas poco profundas, permiten que la descomposición sea más rápida y menos contaminante. Sin embargo, esta práctica, aunque en crecimiento, sigue siendo minoritaria. Según una encuesta de Co-op Funeralcare, solo una de cada diez personas considera un funeral ecológico.
Para Rachel, su trabajo no solo consiste en crear sudarios; también busca abrir conversaciones. Como doula de la muerte, acompaña a las personas en el proceso de tomar decisiones funerarias informadas y en reflexionar sobre la muerte de manera más natural y menos tabú. 'Cuando alguien muere, solemos seguir una rutina preestablecida. Quiero que la gente sepa que hay opciones más respetuosas con el planeta,' explica.
El impacto de este movimiento ya se siente. Sarah Jones, directora de funerales en Leeds, confirma que los funerales ecológicos representan ahora un 20% de su negocio, comparado con unos pocos casos hace unos años. 'La gente quiere que su despedida refleje sus valores,' asegura Jones, cuyo servicio incluye coches fúnebres eléctricos y ataúdes de materiales sostenibles.
Mientras tanto, Rachel sueña con un futuro donde estos entierros sean algo común. 'En el pasado, las mortajas se incluían en el ajuar de las mujeres. ¿Por qué no podemos volver a eso, pero adaptándolo a nuestras necesidades actuales'' reflexiona.
Aunque todavía hay desafíos, como la distancia a los cementerios naturales, Rachel ve un cambio lento pero seguro. Su mensaje es claro: vivir y morir de forma consciente es posible, y el cambio empieza con nuestras elecciones.
Fuente: VER