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Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela el excesivo importe de las tasas de cementerio. Si sumamos los costes del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, además de flores, coche, esquelas, etc. el precio se puede disparar.
De media, un entierro sencillo supera los 3.500 euros, pero hay grandes diferencias entre las ciudades. Es difícil tener de antemano información que te permita poder elegir. Dicen desde OCU
Durante el confinamiento provocado por la primera oleada de fallecimientos por coronavirus, la OCU hizo una revisión de la web de 50 empresas funerarias en 16 ciudades para verificar si en sus web se exponía el libro de tarifas. Este análisis mostró cómo solo 5 informaban de manera completa y detallada sobre sus tarifas, 8 más daban alguna indicación del coste global de alguno de sus servicios (insuficiente para poder comparar de forma adecuada) y 37 no ofrecían ninguna información sobre sus precios.
La inhumación más barata en la ciudad de Madrid, que incluye un nicho en alquiler durante diez años y el resto de los gastos asociados, suma 1.881 euros, triplicando el coste medio en España, que es de 600 euros.
Las tasas más económicas, sean de inhumación o incineración, rondan o superan ya los 800 euros en ciudades como Madrid, Salamanca, Santander o Granada.
Un coste al que hay que sumar luego el de los servicios funerarios (féretro, tanatorio, traslados), que supone al menos otros 3.000 euros dependiendo de la empresa contratada y la localidad.
Por ello, de media, un entierro sencillo supera los 3.500 euros, con diferencias, entre ciudades. La opción de incineración en Madrid cuesta 792 y resulta más económica, pero aun así “está entre las más caras del país”, ha recalcado la OCU.
Por el contrario, una inhumación en Zaragoza puede contratarse desde 109 euros y una incineración en Logroño, por menos de 200 euros.
La OCU, por otro lado, no recomienda la contratación de los seguros de decesos porque cree que “las primas de la póliza suelen superar el coste del sepelio con creces”.
Par facilitar los trámites y los costes asociados a los familiares, ve preferible apartar una cantidad que cubra los gastos previstos e invertirla en un producto de ahorro sin riesgo, como por ejemplo un depósito, que ofrezca algún tipo de rentabilidad.