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La comunidad islámica en Fuerteventura (provincia de Las Palmas) exige al Ayuntamiento que se habiliten zonas en los cementerios para poder enterrar a sus familiares bajo el rito de la religión islámica.
La comunidad islámica de la isla exige un espacio propio en los cementerios porque tienen que enterrar a nuestros fallecidos en la isla de Lanzarote, donde existe un espacio en Teguise, en Gran Canaria o Tenerife con el consiguiente gasto económico que ello supone por el traslado.
En Canarias el islam es la segunda religión con más creyentes, después de la católica. Una gran parte de quienes siguen la religión islámica son personas inmigrantes que han llegado a Fuerteventura y que ya no tienen pensado ser enterradas en su país de origen.
Representantes de la comunidad islámica asegura que desde el Cabildo no les cogen el teléfono y que el Ayuntamiento de Puerto del Rosario han solicitado reuniones desde el pasado mes de septiembre del año pasado y siguen sin concretar una cita.
CÓMO SON LOS RITOS FUNERARIOS ISLÁMICOS
Los ritos funerarios islámicos están basados en las enseñanzas del Corán y de la Sunna, tradición del profeta Mahoma. El ritual consiste en el lavado del cadáver, amortajamiento, ceremonia religiosa -oración y honras fúnebres- y entierro.
El cuerpo debe ser lavado para su purificación siguiendo unas reglas específicas y luego secado y amortajado en tela blanca.
Todos los rituales que giran en torno a la preparación del cuerpo antes de su enterramiento son llevados a cabo por mujeres si se trata de una de ellas la persona fallecida, y los hombres se ocupan del muerto si es un varón.
Si es una mujer, recogen la melena en tres trenzas a su espalda. Y una vez limpio, el cuerpo se unta de aceites o perfumes.
La tradición profética para amortajar al fallecido recomienda utilizar tres paños de algodón blancos para el hombre y cinco telas del mismo tipo para la mujer.
Para trasladar al fallecido es habitual que se utilice un ataúd de madera, sin tapa. Ya en el cementerio, se retira del ataúd.
El cadáver se deposita directamente en la tierra para que esté en contacto con ella, sin ataúd de ningún tipo, y sobre su costado derecho y con la cara dirigida a La Meca.
Una vez enterrado en un cementerio hay una serie de días clave en los que se visita la tumba: el tercero, el noveno y a los 40 días. El islam reprueba el embalsamamiento, la cremación e incluso las tumbas y monumentos funerarios.
Los allegados pueden expresar su dolor, pero sin excesos. Es contrario a los preceptos de trasladar los restos mortales del difunto a otra ciudad, ya que es aconsejable enterrar a un musulmán en el cementerio de la ciudad donde murió.
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Fuente: VER