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En las faldas del Monte Deva, situada en el concejo de Gijón, (Asturias) se va a crear ‘Bosque de la calma’, el proyecto de la sociedad mixta Cementerios de Gijón (Cegisa) para ampliar el actual ‘Parque de las cenizas’ del cementerio municipal de Deva.
Un espacio pensado para acoger los restos de las personas fallecidas. «Un templo natural», pero también un lugar que ofrezca a los visitantes senderos, zonas de paseo y recogimiento. Con un plazo de ejecución sobre los seis u ocho meses, la intención es que el nuevo espacio pueda comenzar a acoger enterramientos a finales de 2025.
La intervención supondrá incorporar 8.000 metros cuadrados a la actual superficie del camposanto. Se trata de un terreno boscoso aledaño al cementerio de Deva en el que la intervención será mínima, ya que lo que se pretende es respetar al máximo el estado actual de esa zona. Habrá, eso sí, que acabar con la maleza que cubre ese suelo y retirar en torno al 20% de la masa arbórea, la compuesta por eucaliptos. Se mantendrán las especies autóctonas ya existentes y se repoblará ese 20% del terreno con dichas especies.
Será a los pies de esos árboles donde se puedan enterrar las urnas biodegradables con las cenizas de los fallecidos y colocar una placa de madera con el nombre de la persona fallecida y la fecha de su muerte (en el propio árbol, si este ya existía, o en el suelo, si es de nueva implantación, en cuyo caso la placa también podría ser de piedra). Será esta una opción de pago.
Pero habrá otras gratuitas que permitirán depositar las cenizas en espacios de enterramiento múltiple, que en los diseños que se manejan podrían tener la forma de túmulos o espacios con círculos concéntricos de piedra.
Según explicó a El Comercio el presidente de Cegisa y concejal Participación y Atención a la Ciudadanía, Mercados y Consumo y Cooperación, Guzmán Pendás (PP), la intención es establecer un reglamento interno de uso de este ‘Bosque de la calma’ que permita preservar la imagen de espacio natural y no distorsionarla, por ejemplo, con la colocación de objetos personales junto a los enterramientos.
El proyecto incluye también recorridos por senderos naturales, un estanque natural para echar las cenizas y espacios de recogimiento en los que puedan también realizarse ceremonias de despedida de las personas fallecidas. Habrá una disposición del terreno en terrazas y varias zonas habilitadas como miradores sobre la ciudad.
En el diseño del ‘Bosque de la calma’ se procurará también una iluminación «mínimamente invasiva», fusionada con la naturaleza y el entorno.
Fuente: VER