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En el cementerio Nuestra Señora de Altamira, en el municipio de Miranda de Ebro, provincia de Burgos, siete de cada diez panteones han sido clausurados y a partir de ahora ya no se podrán realizar nuevos enterramientos debido a problemas de seguridad.
Según el concejal de Urbanismo, Guillermo Ubieto, y el servicio de prevención de riesgos del Consistorio, las condiciones actuales no permiten que los operarios municipales manejen los féretros de manera segura en esos panteones.
El servicio de prevención determinó que no es seguro continuar los enterramientos manuales en los panteones de bodega y frontales, por lo que se ha decidido prohibir nuevas inhumaciones en 592 de los 824 panteones registrados, salvo si se realizan obras para permitir el uso de un descendedor automatizado. Esta máquina facilitará el descenso seguro de los ataúdes desde la parte superior de los panteones.
Los propietarios que deseen seguir utilizando sus panteones deberán modificar la estructura para permitir el acceso superior y el uso del descendedor. En compensación por los gastos de estas obras, el Ayuntamiento ha extendido la moratoria de 10 años para hacer reducciones en los panteones, plazo que originalmente terminaba en 2027 y ahora se ha ampliado hasta 2037. Después de este periodo, no se permitirán más intervenciones, aunque se podrán seguir utilizando los panteones siempre que haya espacio disponible.
Ubieto ha enfatizado que, aunque la decisión puede no ser popular, es necesaria para cumplir con las normativas de seguridad y prevención de riesgos.
Fuente: VER