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Un grupo de delincuentes asaltó el pasado 17 de abril el cementerio de Viladecans, en la provincia de Barcelona, causando gran conmoción entre los vecinos y el ayuntamiento de la localidad. Durante el ataque, los vándalos rompieron más de 50 nichos, dañaron lápidas y robaron ornamentos de bronce, incluyendo jarrones, crucifijos y letras, aunque no profanaron ninguna tumba.
Más de 60 familias han resultado afectadas por estos actos vandálicos, y una veintena de ellas ya han presentado denuncias ante los Mossos de Esquadra. El cementerio de Viladecans lo gestiona la empresa Áltima, que ahora se enfrenta a las consecuencias de este incidente.
La Policía sospecha que el ataque fue perpetrado por una 'banda organizada' cuyo objetivo principal era robar todo el bronce posible del lugar, dada su alta demanda y valor en el mercado, que puede oscilar entre 100 y 1.000 euros por pieza, dependiendo del tamaño.
Los Mossos aún no han determinado cómo accedieron los delincuentes al recinto y no descartan que otros cementerios puedan estar en riesgo de sufrir incidentes similares. Hasta el momento, no se ha realizado un recuento total del valor de los objetos sustraídos.
El Ayuntamiento de Viladecans ha intensificado la vigilancia policial nocturna en el cementerio y ha instado a los afectados a denunciar los hechos. Por otro lado, el Consistorio está valorando implementar otras medidas de seguridad, como la instalación de cámaras de videovigilancia, aunque reconoce que se trata de una inversión importante.
Fuente: VER