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El Cementerio de Pamplona Vive una Nueva Era con el Auge de la Cremación.
En el corazón de Pamplona, el cementerio San José vive una transformación que parecía impensable hace unas décadas. El avance de la incineración como método preferido de despedida ha llevado a que hoy más del 80% de los servicios funerarios sean cremaciones, un cambio que se refleja en la creciente cantidad de nichos vacíos y en la reconfiguración de espacios para columbarios. La ocupación actual de los nichos ha caído al 75%, en contraste con épocas pasadas, en las que el cementerio estaba tan lleno que debió expandirse en cinco ocasiones.
De los 17.000 nichos del cementerio, más de 4.200 están vacíos, una cifra que marca un cambio de tendencia en las tradiciones de Pamplona y responde a una demanda cada vez mayor de columbarios para albergar restos incinerados. Amaia Ibáñez González, administradora del cementerio, explica que esta transformación es gestionada con un 'uso racional' de los espacios, como los nichos vacíos, para ofrecer a las familias interesados en inhumaciones las primeras alturas, mientras se amplían los columbarios cinerarios en los laterales del cementerio para dar cabida a la creciente demanda.
En palabras de Ibáñez, el aumento de cremaciones ha implicado no solo la adaptación de los espacios sino una reorganización del equipo y los servicios. 'Para atender la demanda diaria de cremaciones, hemos renovado los hornos crematorios y aumentado la plantilla para ofrecer citas cada día de la semana', señala. En promedio, se realizan diez cremaciones diarias de lunes a viernes, ocho los sábados y seis los domingos y festivos. Todo esto requiere la labor conjunta de 22 trabajadores, entre ellos sepultureros, administrativos y encargados, quienes se dividen entre los servicios de recepción de familias, inhumación y tareas de mantenimiento del cementerio.
A medida que los nichos y las tumbas de tierra se vacían, el cementerio de Pamplona busca nuevos modos de mantener la solemnidad del lugar. Allí donde antes había lápidas y nombres, hoy se han convertido en jardines, en un esfuerzo por crear un entorno sereno y verde. Sin embargo, el cambio no ha sido drástico ni inmediato: este proceso de transformación comenzó hace ya más de una década, cuando las cremaciones anuales apenas llegaban a mil, mientras que en 2023 se realizaron casi 2.500. El cementerio, que en su apogeo tuvo ocupaciones superiores al 90%, se ha adaptado de manera constante a estas variaciones en los ritos funerarios.
Octubre concluye con 4.234 nichos sin uso, una cifra que permite prever una mayor transformación en el cementerio en los próximos años, de la mano de un servicio funerario que responde a las nuevas preferencias de la ciudadanía pamplonesa.
Fuente: VER