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En una sociedad donde las conexiones digitales parecen multiplicarse a diario, un dato inquietante emerge: uno de cada cuatro jóvenes en España, de entre 16 y 29 años, se siente solo. Lejos de ser una condición pasajera, el 76% de estas personas la describe como una sensación crónica que persiste durante más de un año.
Este problema, que muchos aún asocian erróneamente con la vejez, afecta de manera desproporcionada a mujeres jóvenes, particularmente entre los 22 y 27 años, y a quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad como el desempleo, la pobreza, el acoso o problemas de salud. La soledad, percibida por el 93% de los españoles como un problema invisible, es una sombra creciente en todos los sectores de la sociedad.
Para comprender y combatir esta realidad, el curso universitario 'Almas, almos y ánimas', organizado por la UNED Pontevedra en su sede de Vigo y patrocinado por el Grupo Enalta, ha dedicado su VI edición a explorar la soledad no deseada. Este evento, celebrado entre el 13 y el 15 de noviembre, ha reunido a expertos en psicología, cultura y salud mental para analizar un fenómeno que trasciende edades y condiciones socioeconómicas.
Patricia Gutiérrez Albaladejo, psicóloga y profesora universitaria, fue una de las principales voces del curso. 'La clave para prevenir la soledad juvenil está en la educación, fomentando la regulación emocional, la comunicación asertiva y el uso responsable de la tecnología', afirmó. También subrayó la importancia de visibilizar este problema y promover actividades grupales, así como buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
El curso no solo ofreció teorías, sino también testimonios reales y análisis de cómo el arte y la cultura han reflejado este tema a lo largo de la historia. Los asistentes, entre los que se encontraban estudiantes y profesionales de la medicina, la educación, la psicología y las artes, exploraron cómo el aislamiento puede ser abordado desde una perspectiva interdisciplinaria.
El Grupo Enalta, patrocinador del curso, reafirmó su compromiso con los colectivos vulnerables a través de esta iniciativa, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Durante años, la empresa ha liderado programas culturales y formativos diseñados para sensibilizar a la población sobre cuestiones sociales relevantes, siendo la soledad no deseada uno de los principales focos de su labor.
El evento concluyó con un mensaje claro: la soledad no deseada no discrimina. No importa la edad, la ocupación o el lugar en el que vivas. Como sociedad, tenemos el deber de romper el silencio que la rodea y crear espacios donde las personas puedan sentirse acompañadas y valoradas.
«El primer paso para erradicar la soledad no deseada es reconocerla como lo que es: un problema social que necesita ser escuchado.»
Fuente: VER