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En la mañana del sábado, la rutina del barrio sevillano de El Porvenir se quebró con un hallazgo desconcertante. Frente a unos contenedores en la calle Tabladilla, un vecino que depositaba la basura descubrió una caja de madera cubierta de tierra. Dentro, encontró un cráneo y varias mandíbulas que parecían humanas. El hombre, alarmado, llamó de inmediato a las autoridades.
La primera en llegar fue la Policía Local, que acordonó la zona y trató el caso con máxima cautela. Poco después, efectivos de la Policía Nacional, la Policía Científica y un especialista en homicidios se sumaron a la escena. Un médico forense inspeccionó el supuesto cráneo humano, mientras los vecinos miraban con curiosidad y cierta inquietud.
El objeto fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla para su análisis. Pero el misterio se resolvió pronto: no se trataba de restos humanos, sino de un cráneo falso, probablemente usado como decoración en alguna fiesta reciente. Su apariencia realista había generado confusión, pero la investigación confirmó que los materiales eran completamente artificiales.
Con el caso cerrado, el personal del Tanatorio Nervión se encargó de retirar el objeto decorativo. Aunque la calma regresó rápidamente al barrio, la escena quedó como una anécdota que por unas horas inquietó a la comunidad.
Este curioso episodio recordó que las apariencias pueden ser engañosas, incluso en los hallazgos más inesperados. Como diría Sherlock Holmes: 'Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad.'
Fuente: VER