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En el corazón de Leicester, un descubrimiento arqueológico ha abierto una puerta al pasado más oscuro de la Gran Bretaña medieval. En un pozo vertical cercano a la catedral, arqueólogos hallaron los restos de 123 personas enterradas en lo que parece ser el resultado de un evento catastrófico ocurrido en el siglo XII.
Un pozo lleno de preguntas
El hallazgo es parte de un extenso proyecto para mapear los enterramientos de la catedral de Leicester, un lugar de gran interés desde que en 2012 se encontraron allí los restos de Ricardo III. En esta ocasión, fue un pozo lleno de cuerpos lo que capturó la atención de los investigadores. Los esqueletos, cuidadosamente apilados en varias capas, ofrecen un enigma: ninguno presenta signos de violencia, lo que ha llevado a los expertos a teorizar que las causas de muerte podrían ser inanición o una enfermedad devastadora.
Matthew Morris, arqueólogo de la Universidad de Leicester y líder del proyecto, explicó que la datación por radiocarbono sitúa los huesos al menos 150 años antes de la peste negra, descartando la epidemia de 1348 como posible causa. «Nuestra principal hipótesis es que se trató de una peste anterior, aunque también consideramos la posibilidad de una hambruna severa», señaló Morris.
Pistas en los huesos
El análisis preliminar muestra que los cuerpos fueron manejados con cierto cuidado. Cada uno estaba envuelto en un sudario, lo que sugiere que las familias o comunidades se encargaron de preparar a los muertos para el entierro. Sin embargo, no se encontraron vestimentas ni adornos en los cuerpos, lo que podría indicar un contexto de emergencia, aunque sin señales de pánico masivo.
Los restos han sido enviados al Instituto Francis Crick de Londres para buscar evidencia de patógenos que puedan esclarecer qué enfermedad pudo haber causado tantas muertes en tan poco tiempo. Morris destaca que este hallazgo es único por su escala: «Es raro encontrar entierros masivos de esta magnitud en Inglaterra medieval».
Un brote que devastó una comunidad
Se estima que los 123 cuerpos representan aproximadamente el 5% de la población local de la época. Según Morris, «parece que los cuerpos fueron recogidos en sucesivas tandas y llevados al pozo, lo que apunta a un manejo metódico de la situación». Este detalle ofrece una visión impactante de cómo las comunidades medievales enfrentaban crisis de gran magnitud.
Además del pozo, las excavaciones han revelado otros detalles fascinantes del lugar, como evidencia de viviendas anglosajonas y un posible santuario romano. Este hallazgo no solo ofrece una ventana al trágico pasado de Leicester, sino que también enriquece el conocimiento sobre la vida y la muerte en la Inglaterra medieval.
Mientras los expertos trabajan para resolver el misterio, este pozo lleno de esqueletos sigue planteando preguntas sobre la fragilidad humana frente a desastres que marcaron la historia.
Fuente: VER