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Familia enfrenta el asombro al reencontrarse con un ser querido declarado muerto
James Robinson nunca imaginó que un paseo por su barrio en San Francisco, tres años después de haber sido dado por muerto, se convertiría en el centro de una historia tan desconcertante como emotiva. Fue un amigo de la familia quien, al cruzarse con él en una calle del distrito de Tenderloin, descubrió lo imposible: James estaba vivo y en perfectas condiciones.
Para la familia de Robinson, la noticia era difícil de procesar. Desde mayo de 2021, creían que James había muerto por una sobredosis en una habitación de hotel. De hecho, las autoridades les entregaron sus supuestas cenizas, que fueron esparcidas en Hawái y conservadas como un recuerdo doloroso en la casa familiar. Pero ahora, frente a esta inesperada realidad, la pregunta era inevitable: ¿cómo pudo ocurrir un error tan monumental'
El caso se remonta al 7 de mayo de 2021, cuando un hombre fue encontrado sin vida en un hotel de San Francisco. En un principio, el personal del hotel identificó el cuerpo como el de James Robinson. Sin embargo, había inconsistencias que fueron ignoradas por el médico forense, como discrepancias en la altura y los tatuajes del fallecido. Pese a estas señales de advertencia, se certificó su identidad y se autorizó la cremación.
El descubrimiento de James vivo no solo conmocionó a su entorno cercano, sino que puso en tela de juicio los procedimientos del forense responsable. El profesional, tras la confirmación de que Robinson estaba vivo, tuvo que admitir su error y aceptar que la identificación inicial fue un grave fallo. Aún no se sabe con certeza quién era realmente el hombre incinerado en su lugar, lo que abre un nuevo misterio en esta sorprendente historia.
Para James, reencontrarse con su familia fue tanto un alivio como una experiencia surrealista. Aunque los detalles de lo que hizo durante esos tres años aún no han sido revelados, este insólito giro de los acontecimientos ha generado debate sobre la necesidad de mejorar los protocolos de identificación forense y sobre el impacto emocional de los errores humanos en situaciones tan delicadas.
Mientras las autoridades reabren el caso para investigar lo ocurrido, James Robinson camina por San Francisco como un hombre cuya vida ha sido, literalmente, devuelta de las cenizas.
Fuente: VER